Alergénicos y huellas de carbono
Temen que medidas para
el vino sean proteccionistas
En el INV consideran que disposiciones que se adoptan para los alergénicos, por ejemplo, son en realidad trabas paraarancelarias.
26-04-2009
Luis Gregorio
lgregorio@diariouno.net.ar En el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) temen que disposiciones, algunas de tipo ambientalista, que se analizan en órganos internacionales del sector escondan, en realidad, medidas proteccionistas o paraaracelarias.
Para el presidente del INV, Guillermo García, es mucha coincidencia que en dos recientes reuniones de entes mundiales, la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) y el Grupo Mundial de Comercio del Vino (GMCV), se plantearon aspectos técnicos que en realidad perseguirían un fin comercial. “Se aumentan límites para que un producto pueda llegar al consumidor. Pero se lo haría sin ningún rigor, restringiendo el ingreso del artículo a determinado país o región”, dijo. En el caso del encuentro del GMCV, que integran Estados Unidos, Australia, Argentina, Chile, Canadá y Sudáfrica, se presentaron prioridades para el acuerdo sobre etiquetado en donde se anuncian importantes condicionamientos. La gerente de temas técnicos internacionales del INV, Cristina Pandolfi, que asistió a las reuniones del GMCV, en Bruselas, informó que entre esas prioridades figuran la huella del carbono, la sustentabilidad de la producción, los pictogramas en la presentación de los envases y el etiquetado plurilingüe. En el primer caso, ocurre que el carbono, en forma de óxido, se ha convertido en el nuevo mal público. El dióxido de carbono o anhídrido carbónico (CO2) es necesario pero en exceso altera el clima al potenciar el efecto invernadero. La huella de carbono se refiere a la cantidad de emisiones que recaen sobre una empresa o una persona al fabricar o consumir un producto.Y como casi todo deja su huella, ahora se mide el CO2 implicado en la vida cotidiana. En el caso de los alimentos, se evalúa, por ejemplo, cuánto combustible se ha quemado para transportar el producto que se consume. Esto repercute negativamente, en el mundo, en la producción del Sur. Con respecto a los pictogramas, se apuntaría a dar información vinculada con la salud para los sectores de consumidores menos instruidos y en diferentes idiomas. En la reunión en París de la OIV –que lideran países europeos–, a la que asistieron García y técnicos del organismo, encabezados por Claudia Quini, también se puso el acento en temas como los tratados en Bruselas. Además se vio la cuestión de los alérgenos. Un grupo de trabajo formado por Italia, Francia y Alemania subrayó la necesidad de investigaciones para minimizar o eliminar la presencia de alérgenos en los productos vitivinícolas. Los alérgenos son componentes que pueden afectar a las personas alérgicas. A partir del 31 de mayo, la Unión Europea obligará a que se identifiquen los componentes en las botellas de vino que puedan causar alergias. Las etiquetas deberán determinar, por ejemplo, si el vino contiene caseína o albúmina –considerados alergénicos– en una forma que sea comprensible para el consumidor y en el idioma de su país. Estos aspectos hacen aumentar los costos considerablemente; además se deberá invertir en equipamiento. El ingreso de vinos argentinos podría verse restringido.“Por eso hay que estar informados y, a su vez, alertas”, dijo García. |

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